domingo, 17 de octubre de 2010

Sexosidades!

El sexo y la amistad.

Muchas personas piensan que la amistad es incompatible con la sexualidad, pero un examen más detallado sugiere que esto sólo es cierto en las culturas en donde el sexo se encuentra ligado al amor romántico.
                Se considera que una amistad requiere de un compromiso confiable y seguro sobre el cual una persona pueda apoyarse para resolver sus problemas y que, en caso de mezclarse dicha relación con lo sexual, el compromiso sería  puesto en peligro. Esto presupone, sin embargo, que la sexualidad añade un elemente tempestuoso. Dicho elemento estaría ausente en las culturas donde las relaciones sexuales reflejan un interés erótico pasajero y niegan el amor romántico.
                Algunos estudiosos contemporáneos realizan experimentos con personas que llevan una vida parecida a la comunal, en donde todos se relacionan sexualmente y todos son amigos. Una vez que los individuos puedan liberarse del deseo de exclusividad será posible que tales experimentos funcionen exitosamente. Pero, como descubrieron muchos que vivieron en las comunas utópicas del siglo diecinueve, durante experimentos semejantes, el compromiso intelectual con una filosofía es una cosa y la realización emocional de la misma es otra absolutamente distinta. Toda una vida dentro de una cultura que se apega al romance y al amor nos constituye la mejor preparación para un intento de entremezclar los placeres de la amistad y la sexualidad.

Los órganos sexuales no genitales.

Cuando pensamos en los órganos sexuales nos remitimos inmediatamente al pene, al clítoris y a la vagina. Sin embargo, los ojos y los oídos, la piel y el cabello, la lengua y la nariz, desempeñan un papel importante en la respuesta sexual. Todos hemos tenido la experiencia de haber sido excitados sexualmente por alguna frase en particular o por ciertos olores, (del cuerpo o de un perfume) o bien por algún tipo especificote caricias.  Estos acontecimientos inicialmente no producen efecto alguno y adquieren su capacidad para estimular la sensibilidad sexual a través de varios procesos de aprendizaje. Una persona puede hallar excitante una actividad o un pensamiento particular, en parte por ser un estimulante aceptado en su cultura,  y porque su respuesta es alentada socialmente. O quizá las sensaciones sexuales excitadas originalmente por el estímulo directo sobre los genitales se asocia con un olor particular, una frase apasionada o la forma del cuerpo en la historia particular de un individuo.
                A menudo es difícil señalar y entender completamente los orígenes de las preferencias particulares respecto de la excitación sexual no genital. Para algunas personas resulta estimulante un beso en los oídos, mientras que para otra pueden ser cosquillas en los pies, o cierta clase de música u olor. Todos tienen sus preferencias, pero ocasionalmente hay personas que no sólo responden positivamente a ciertos elementos, sino que requieren de la presencia de un olor particular, de un objeto visual o de que se diga una frase particular, pues de otra manera su capacidad para dar una respuesta sexual se pierde completamente. Tales personas dependen de sus preferencias, y la falta de flexibilidad en sus respuestas indica un problema sexual.
                Muchas personas rechazan el aspecto “sensual” de la sexualidad y prefieren destacar exclusivamente la función genital. Para estos individuos, disfrutar de caricias, sabores y olores es señal de indolencia y corrupción, ¡inclusive de perversión o de pecado! Las culturas donde todas las formas de la sexualidad se hallan rígidamente restringidas o inhibidas con aquellas en las que se muestran menos formas de actividad sexual no genital. No obstante, todos los individuos tienen la capacidad fisiológica para responder eróticamente a las caricias no genitales si las condiciones para su aprendizaje son favorables.

NOTA:
Ÿ El alcohol “aumenta el deseo, pero dificulta su ejecución”.
Ÿ Las drogas como el opio pueden promover la fantasía sexual, pero también reducir a cero su actividad.

*”SEXUALIDAD HUMANA, SENTIMIENTOS Y FUNCIONES”.
Leonore Tiefer.
(1980)

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