domingo, 6 de octubre de 2013

La leyenda del Hilo Rojo.




El Hilo Rojo es una leyenda anónima de origen japonés, que cuenta que entre dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un «hilo rojo», que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que existe entre ellas.

El texto literal viene a decir: «Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».
Entre la comunidad de padres y madres adoptantes en Japón, esta leyenda supone una metáfora recursiva, ya que supone que la vinculación entre el hijo adoptado y los padres ya está realizada de antemano por este «hilo rojo» y favorece la fortaleza en la larga espera que hay que realizar, en la mayoría de los casos.
En estas comunidades, es normal la utilización contextual de frases como «estamos tirando fuerte del hilo rojo», o «tendiendo puentes con hilos rojos» lo que convierte a la leyenda en una parte más de la jerga de utilización habitual.
Una de las leyendas sobre este hilo rojo cuenta que un anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.
Pero la leyenda más popular y la que se recita en casi todos los hogares japoneses a los niños y jóvenes es ésta:
Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo : «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza. Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.

*http://es.wikipedia.org/wiki/Hilo_rojo





lunes, 30 de julio de 2012

Nocturno a Rosario

I

¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

II

Yo quiero que tu sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no sé ni dónde
se alzaba el porvenir.

III

De noche, cuando pongo
mis sienes en la almohada
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho,
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.

IV

Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
y te amo y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.

V

A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y hundirte en mi pasión
mas si es en vano todo
y el alma no te olvida,
¿Qué quieres tú que yo haga,
pedazo de mi vida?
¿Qué quieres tu que yo haga
con este corazón?

VI

Y luego que ya estaba
concluído tu santuario,
tu lámpara encendida,
tu velo en el altar;
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta alla a lo lejos
la puerta del hogar...

VII

¡Qué hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma,
los dos un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Dios!

VIII

¡Figúrate qué hermosas
las horas de esa vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida;
y al delirar en ello
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por tí, no mas por ti.

IX

¡Bien sabe Dios que ese era
mi mas hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
bajo el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!

X

Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡Adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!

*Manuel Acuña

jueves, 14 de junio de 2012

Tu más profunda piel

Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.

No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.

Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste " Me da pena, y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.

Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.

Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.

*Julio Cortázar

miércoles, 13 de junio de 2012

El manual de Carreño del siglo XXI (parte 1)


Las buenas maneras de cajón
  1. Viva la tolerancia. El respeto de religión, raza y preferencia sexual es trend social. 
  2. La prepotencia desenmascara a los nuevos ricos. Hay que tratar bien a los demás, sin importar cómo se apellidan o cuánto dinero tienen sus familias.
  3. Un favor nunca se cobra o se echa en cara.
  4. Con "V" de vuelta. Pedir prestado y no pagar, o no regresar lo prestado es de pena ajena.
  5. Estar informado sobre lo que sucede en el mundo denota cultura y da tema de conversación.
  6. Hoy es cool ser buen ciudadano, patriota u orgullosamente mexicano. Contribuir, al menos en actitud, para apoyar el desarrollo del país.
  7. Quien no es verde, no entiende nada. Cuidar el agua, separar basura, ahorrar energía. Bolsas de plástico para el súper... pecado de estilo.
  8. Es ya imperdonable no ser socialmente responsable. Hay que participar en alguna institución o programa que haga algo por los demás.   
*Revista QUIÉN, octubre 2009. pág. 064

domingo, 10 de junio de 2012

La solución a sus problemas, según Francisco De Quevedo.

TABLA DE PROPOSICIONES
  1. Para que se anden tras de ti todas las mujeres hermosas; y si fueres mujer, los hombres ricos y galanes.
  2. Para ser bien recibido donde quiera; y es infalible.
  3. Para que cualquier mujer o hombre que bien te pareciere, seas hombre o mujer, luego que te trate se muera por ti.
  4. Para que con sólo haber hablado a una mujer, te siga a donde quiera que fueres.
  5. Para hacerte invisible y aunque entres entre mucha gente,  ninguno te pueda ver. Y encomiéndote por el sumo Señor, que te hizo, tan alto secreto, por el daño que puede resultar si se divulgase en ladrones y adúlteros y presos y enemigos.
  6. Para que hombres y mujeres te otorguen cuanto pidieras.
  7. Para ser rico y tener dineros.
  8. Para alcanzar cualquier mujer en un momento y es certísimo.
  9. Para que no se te rompa nungún vestido que trujeres.
  10. Para que no se te vaya el halcón, aunque le sueltes; y es probado.
  11. Para no tener dolor de muelas jamás.
  12. Para no encanecer ni envejecer nunca.
  13. Para tener hijos la más estéril del mundo.
  14. Para que no te huerten los sastres.
  15. Para no morirse jamás.
  16. Para no morir sin confesión.
  17. Si quieres que el cabello que tuvieres resuelva a todas manos.
  18. Para tener grandes cargos en la república.
  19. Para verte en altos puestos en breve tiempo.
  20. Para ser tenido.
  21. Para no envejecer, seas mujer o hombre.
  22. Para que aunque seas calvo, no lo puedas parecer, sin cabellera ni casquete.
  23. Para que todos los pelitos slaga a tu favor.
  24. Para que te duren poco las enfermedades.
  25. Para que no te piquen las chinches de noche.
  26. Si quieres ser bienquisto.
  27. Para no confesar en el tormento; y es certísimo. No lo comuniques, por los ladrones y delincuentes.
  28. Para quitarte los grillos y las prisiones en la cárcel por grande que sean.
TABLA DE SOLUCIONES
  1. Ándate tú delante dellas.
  2. Da dondequieras que entrares y serás bien recibido que te pese.
  3. Sé el médico que la cures, y es probado, pues cada uno muere del médico que le da al tarbadillo o mal que le dio.
  4. Húrtala lo que tuviere y te seguirá hasta el cabo del mundo, sin dejarte a sol ni a sombra.
  5. Sé entremetido, hablador, mentiroso, tramposo,miserable y nadie te podrá ver más que el diablo.
  6. Pídeles a ellas que te quites lo que tienes y a ellos que no te den nada y te lo regalarán todo.
  7. Si los tienes, tenerlos; y si no, no desearlos y serás rico.
  8. Aguija si anda, y corre si aguija, y vuela si corre, y la alcanzarás.
  9. Rásgale tú primero; y es cierto.
  10. Pélalo camón a cañón y lo verás claro.
  11. No las tengas y es un ahorro que parece muy mal a las quijadas.
  12. Muérete cuando muchacho o recién nacido.
  13. Conciba y para y críelos y no los suelte y los tendrá.
  14. No hasga de vestir con ellos y no hay otro remedio.
  15. No seas necio, que éstos sólo son los que se mueres; que a los desgraciados mátanlos las heridas, a losenfermos mátanlos los médicos; y los necios sólo se mueres a sí mismos.
  16. Haz delitos de muerte y confiésalos y morirás confesado.
  17. Ponte dos días con un escribano y resolverá a todas manos y aun a todo el mundo.
  18. Fuerza doncellas, hurta casadas, mata clérigos, roba iglesias; que no hay mayores cargos.
  19. Ándate de cuesta en cuesta y de cerro en cerro.
  20. Déjate agarrar y asir.
  21. Ándate de al sol en el verano y al sereno en el invierno; no tengas paz con tus güesos; púdrete de todo; come fiambre y bebe agua; no descances de día ni de noche por andar en lo que no te va ni te viene: que como ésta no es vida para llegar a viejos, conseguirás el no serlo.
  22. Ten sombrero perdurable y de por vida y no te lo quites a un para dormir; y si otro te quitare el sombrero remítete a la cabezada y a la reverencia y si por esto te dijeren que eres descortés, di que más vale ser descortés que calvo; y si por descortés riñeran contigo y te mataren también más vale ser muerto que calvo y procura morir con tu sombrero como con tu habla.
  23. No pagues ala abogado ni al procurador, ni a los oficiales; que eso es lo que se pierde siempre sin remedio y en eso vas condenado cada día y cada hora. Y si pagando a los susodichos tienes sentencia en tu favor, tienes dinero en contra y si tienes sentencia en contra también. Y advierte que antes que se contesten las demandas, son los pleitos sobre si mi dinero es mío o del otro y empezándose es sobre que no sea del otro ni mío, sino de los que nos ayudan a entrambo.
  24. Llama a tu médico cuando estés bueno y dale dinero porque no estás malo; que si tú le das dinero cuando estás malo, ¿cómo quieres que te dé una salud que no le vale nada y te quite un tarbadillo que  le da de comer?
  25. Acuéstate de día, y es probado.
  26. Presta y no cobres; da, convida, sufre, padece, sirve, calla y déjate engañar.
  27. Negar cuando te preguntaren.
  28. Pagáselo muy bien al alcaide, y es probado.
*Libro de todas las cosas y otras muchas más, en OBRAS JOCOSAS, de Francisco De Quevedo.

lunes, 4 de junio de 2012

Je t'ai cherché à travers le fluide,

mais aussi dans la viloence d'échapper au vertige, éprouver la douceur déchirure, perdue l'histoire, lâchée dans la nuit claire.

Je m'en vais toujours, tu vois j'écris je pars. Réécrire la passion toute la nuit, regarder, examiner l'imbre, le passage, course lente, lente écriture, déplier les scénarios, l'insatiable, scénes d'appétit, soifm avalanche. J'entends battre batteries, alcool, blessures. J'écris le refus mais la vie sur mon visage.

***************
Te busqué a través del fluído, pero también en la violencia por escapar del vértigo, probar el dulce desgarro, la historia está perdida, abandonada en la noche clara.

Siempre estoy en la partida, y a veces escribo y parto. Reescribo la pasión toda la noche, mirar, examinar la sombra, el paso, el lento recorrido, la lenta escritura, extender los escenarios, lo insaciable, escenas de ansia, de sed, de avalancha. Escucho tronar baterías, alcohol, lesiones. Escribo el rechazo, pero la vida está en mi rostro.

*Dans le delta de la nuit/ En el delta de la noche
de Élise Turcotte (2003) Pp. 100 & 101 

sábado, 2 de junio de 2012

Parábola

De tu boca a mi boca
se movían los verbos
en una parábola.
Después tus labios
se volvieron homicidas:
la voz en sus orillas 
se deshizo.
De tu boca a mi boca
ningún signo.


*ELOÍSA, de Silvia Eugenia Castillero. (2010)